Me niego a renunciar a mis objetivos y metas
Ya bien entrados en Febrero seguimos peleando con la cuesta de Enero, pero más allá de los problemas que pueden estar, en cierto modo, fuera de nuestro control como puede ser la situación social y económica que nos rodea, recordad que no existe ninguna meta realista que sea imposible o inútil ya que, aunque en un primer momento no logremos nuestro objetivo, el mero hecho de haberlo intentado siempre nos dejará algo bueno o aprovechable ya sea una experiencia, aprendizaje, una sensación,... Si en un primer intento no logramos lo que nos proponemos, no debemos decaer en nuestro empeño, sino que quizás es el momento de re-evaluar nuestra meta (¿es realista?), evaluar lo que hemos hecho hasta ahora (¿He abordado el problema del modo adecuado?) o plantearnos si disponemos de las herramientas necesarias para llevarla a cabo, no me refiero a herramientas materiales, sino a disponer de estrategias que nos ayuden a manejar la situación.
Si el resultado de nuestra evaluación nos dice que tal vez no disponemos en este momento de las estrategias que podemos necesitar, recurramos a solicitar la ayuda adecuada. Esa solicitud de ayuda no significa que no seamos capáces de lograr lo que nos proponemos, todo lo contrario, esta actitud implica que estamos realizando el primer paso para convertir aquello que llegamos a pensar que era IMPOSIBLE en POSIBLE.